Sobre la autoría
En los últimos días ha tenido lugar otra edición de las jornadas de Scarpia, para mí uno de los eventos más interesantes a nivel artístico en España. No he podido ir este año y me ha dado bastante pena. De hecho, el año pasado me invitaron a dar uno de los talleres y tengo muy buenos recuerdos de la experiencia.
A esto se suma que el pasado viernes tuve en Bruselas la visita de un antiguo compañero de Bellas Artes en Sevilla, Pedro J., y con él estuve hablando, entre otras cosas, de estas jornadas. Durante la conversación le comenté cómo el año pasado, durante la presentación de mi trabajo, los asistentes me preguntaron acerca de cómo solucionaba el problema de autoría en mis obras. Claro, gran parte de mi obra se desarrolla a modo de proyecto, donde involucro a distintos artistas y desarrolladores especializados en una parte del mismo. No es el trabajo del pintor solitario delante del lienzo, ni del fotógafo en su estudio. Mi respuesta, en aquel momento fue rápida: de la misma forma que se hace en el cine o en los videojuegos. La obra debe ir acompañada de sus créditos y cada colaborador cobra y es acreditado según su función. No es la obra de uno solo, sino producto de una colaboración en la que hay un director y una serie de profesionales especializados.
Sé que esto no suena a nuevo y puede parecer obvio una vez dicho. Pero durante la conversación con Pedro, rompía completamente con la visión romántica del artista, y expandía el concepto del arte. Este modelo de trabajo se extiende a muchas facetas del mundo creativo, desde el diseño al arte público, desde la publicidad al mundo de los videojuegos, desde el cine al teatro. Hoy en día, todo este tipo de material creativo nos rodea y nos acompaña a lo largo del día, conformando nuestra manera de acercarnos a la experiencia estética. Incluso a veces sin darnos cuenta. Y todo es producto de un trabajo colaborativo, donde cada artista o creativo toma un rol.
¿Por qué entonces seguimos relacionando el arte con la idea del artista unitario? ¿Individuo? Echemos simplemente un vistazo a museos o galerías. Me pregunto si no hay una imagen del artista genio, solitario, protagonista de todo el proceso creativo que permance en nuestro subconsciente y que conforma nuestra forma de concebir el arte (al menos el arte plástico).
Creo que algo de esto hablé también en otra ocasión con Miguel Moreno cuando volvíamos en coche desde Documenta, donde todas las propuestas que vimos respondían a estos parámetros de artista-genio. Y creo que fue ahí donde le comenté por qué me gustaba tanto Scarpia: durante esos días la autoría se diluye, se disipa o más bien los artistas se mezclan y cambian de roles para desarrollar un proyecto en común.
Bueno, realmente no estoy en contra de la autoría, simplemente hago esta reflexión y me pregunto si no se está gestando nuevo paradigma con respecto a la forma de crear arte. ¿Qué pensáis?
Aquí os dejo el link a un video en Facebook de una instalación que salió aquel año, en la que la gente del taller reconstruimos una antigua fuente de El Carpio